Cuando la tecnología irrumpió en el campo de la música, los aparatos musicales comenzaron una transformación sin precedentes. Poco a poco los reproductores comenzaron a a tomar dimensiones más reducidas al tiempo que la música se almacenaba en formatos más pequeños, también. Los melómanos pronto comenzaron a ver cómo los clásicos discos de vinilo eran sustituidos por las cintas de cassette y los tocadiscos quedaban relegados en los hogares.
Sin embargo, la nostalgia y el pasado han vencido al tiempo y los tocadiscos han vuelto al lugar que un día ocuparon. La casa americana que fabricó la primera radio doméstica en 1920, Crosley, ha confeccionado una colección de tocadiscos de aire vintage.
Dentro de la familia de tocadiscos de Crosley nos podemos encontrar con creaciones de pie como el tocadiscos Bermuda. Integrado en una mesa auxiliar, el tocadiscos Bermuda cuenta con aguja de diamante y dos velocidades de reproducción.
Los altavoces de rango dinámico completo le otorgan una salida de sonido nítida sin perder las características sonoras de los tocadiscos de vinilo. El tocadiscos Bermuda representa un icono de la cultura pop que lucirá perfecto como reproductor musical como pieza decorativa.
Sin embargo, el buque insignia de la casa americana son los tocadiscos portátiles. Dispositivos equipados y preparados para llevar a cualquier parte. Como recién sacado de los años ochenta, el tocadiscos Spinnerette se presenta dentro de un maletín de líneas retro.
A pesar de su aspecto ochentero, al abrirlo nos damos cuenta de que estamos ante un una recreación actual, ya que, en uno de sus laterales incorpora salida de audio RCA, puerto USB para acceso a PC o Mac, salida auxiliar para conectar el tocadiscos a equipo externo así como entrada auxiliar para permitir la reproducción en el tocadiscos desde otros dispositivos.
En la misma línea de tocadiscos portátiles, se encuentra el Cruiser. Un modelo con líneas más suaves que el anterior y cantoneras protectoras en los bordes. A primera vista, nos puede parecer que estamos ante un maletín de negocios cualquiera pero al abrirlo descubrimos que no.
Sobre una estructura de madera y ecopiel, se encuentra un auténtico equipo de sonido con aguja de diamante y altavoces estéreo integrados que permite la reproducción de vinilos a tres velocidades.
Sin lugar a dudas, Crosley ha desplegado todas sus armas con su amplia colección de tocadiscos y ha conseguido devolver a los vinilos al lugar que les corresponde. Un regalo para los amantes del sonido especial de los vinilos y un descubrimiento para las nuevas generaciones.