Salamanca es una de las ciudades españolas que mayor turismo gastronómico atrae, consecuencia directa de la calidad de la materia prima y, también, de las manos que la trabajan. A escasos metros del subsuelo de la Plaza Mayor se encuentra uno de estos templos de la gastronomía: el restaurante Bambú. Presentes desde el año 1982, Bambú ha cambiado de imagen en varias ocasiones de la mano del decorador Felipe Piñuela y Tiendas On.
Nada más bajar sus escaleras, la atmósfera del Bambú nos contagia y nos invita a acercarnos hasta su barra. Con la última reforma de Felipe Piñuela, el restaurante ha pasado de ser un entorno de tintes clásicos y ligeros toques industriales a ser un espacio totalmente diáfano, gracias al dominio del color blanco en paredes, columnas, barras y techos.
En la zona de la cafetería donde anteriormente se situaba mobiliario de madera de estilo clásico, se han colocado mesas y sillas minimalistas de Pedrali. El efecto conseguido, tanto por las líneas limpias de los asientos como por el cambio de color del espacio, consiguen un aumento de amplitud, visual y funcional, tan necesario en entornos de hostelería.
En la iluminación de esta zona se ha optado por apliques y lámparas de suspensión en color blanco y de estilo minimalista. El hecho de optar por plafones y apliques, hace que ganemos espacio en el techo pudiendo, además, instalar un mayor número de luminarias .
En el salón comedor se mantiene el binomio blanco y negro en toda la estancia. El mobiliario sigue una tendencia minimalista y los asientos elegidos, son el mismo modelo de silla de Pedrali que en la cafetería, pero con la característica de estar tapizadas, para un mayor confort de los comensales. Para romper la homogeneidad del diseño bicolor, se ha optado por elegir algunas sillas en color verde. 
Presidiendo una de las esquinas del comedor, se encuentra un jardín vertical. Un entorno natural y autónomo, cuenta con sistema auto-riego, que da un toque especial a la estancia. La apuesta por este elemento en decoración de interiores, nos sorprende y agrada a partes iguales, ya que, se consigue un vínculo entre el entorno y la gastronomía.
Con el restyling para Bambú, Felipe Piñuela ha conseguido transformar por completo el espacio de este archiconocido restaurante salmantino. Con el cambio se ha ganado espacio y luminosidad, pero sobre todo, se ha conseguido disfrutar aún más de sus carnes a la brasa en un espacio mágico e innovador.
Nada más bajar sus escaleras, la atmósfera del Bambú nos contagia y nos invita a acercarnos hasta su barra. Con la última reforma de Felipe Piñuela, el restaurante ha pasado de ser un entorno de tintes clásicos y ligeros toques industriales a ser un espacio totalmente diáfano, gracias al dominio del color blanco en paredes, columnas, barras y techos.
En la zona de la cafetería donde anteriormente se situaba mobiliario de madera de estilo clásico, se han colocado mesas y sillas minimalistas de Pedrali. El efecto conseguido, tanto por las líneas limpias de los asientos como por el cambio de color del espacio, consiguen un aumento de amplitud, visual y funcional, tan necesario en entornos de hostelería.
En la iluminación de esta zona se ha optado por apliques y lámparas de suspensión en color blanco y de estilo minimalista. El hecho de optar por plafones y apliques, hace que ganemos espacio en el techo pudiendo, además, instalar un mayor número de luminarias .
En el salón comedor se mantiene el binomio blanco y negro en toda la estancia. El mobiliario sigue una tendencia minimalista y los asientos elegidos, son el mismo modelo de silla de Pedrali que en la cafetería, pero con la característica de estar tapizadas, para un mayor confort de los comensales. Para romper la homogeneidad del diseño bicolor, se ha optado por elegir algunas sillas en color verde. 
Presidiendo una de las esquinas del comedor, se encuentra un jardín vertical. Un entorno natural y autónomo, cuenta con sistema auto-riego, que da un toque especial a la estancia. La apuesta por este elemento en decoración de interiores, nos sorprende y agrada a partes iguales, ya que, se consigue un vínculo entre el entorno y la gastronomía.
Con el restyling para Bambú, Felipe Piñuela ha conseguido transformar por completo el espacio de este archiconocido restaurante salmantino. Con el cambio se ha ganado espacio y luminosidad, pero sobre todo, se ha conseguido disfrutar aún más de sus carnes a la brasa en un espacio mágico e innovador.
